Wednesday 2 June 2010

LA PELOTA

Antón salió de su casa preocupado por las llamadas que recibía en su móvil. Tenía problemas con ella, no era la primera vez que le engañaba y a todas horas se tenía que inventar excusas y mentiras. Caminaba por la gran avenida y a su izquierda y derecha le rodeaban monumentos y majestuosos museos que albergaban las mejores obras de arte.

Michelle tenía excursión, hoy les habían dado el día libre dentro de la escuela para niños especiales. Esto era algo extraño pues el régimen del colegio era muy pero que muy estricto, alguna vez estos niños habían tenido problemas de conducta pues algunos sufrían enfermedades extrañas para los médicos y no podían determinar a ciencia cierta sus comportamientos.

Antón entró a desayunar, como cada mañana leyó el periódico directo a la parte de deportes, se lamentó por que su equipo no daba una... La camarera le regaló una sonrisa cuando le trajo la cuenta. Antón se la devolvió, nunca desaprovechaba una oportunidad así, la camarera se ruborizó y volvió a la cocina de la cafetería. Antón le dejó el dinero de la cuenta junto con su número de teléfono.

Los compañeros de Michelle y él iban cantando en el autobús se dirigían a un conocido parque que ubicado en el centro de la ciudad. Los monitores les miraban con cierta admiración, a pesar de sus enfermedades mentales disfrutaban de la vida con felicidad y sus ojos lo reflejaban. El autobús paró y todos comenzaron a gritar de alegría. Michelle no podía esperar cogió su mochila y bajó el primero.

Antón volvía a caminar por la gran avenida, su cabeza estaba ocupada por lo que se pondría esa noche. Saldría y esperaba conquistar a otra presa distinta mientras su novia estudiaba para los finales. El teléfono sonó, era ella, sabía que la conversación iba a ser larga y se sentó en el banco del parque.

Michelle corría por el césped, sus compañeros le mareaban de un lado a otro pasándose la pelota, los monitores les ayudaban jugando con ellos. El sol estaba en todo lo alto y el día era precioso. Ya que eran muy pocas las veces que salían todos disfrutaban sobre manera. A Michelle se le escapó la pelota y ésta bajo por una de las calles del parque. Michelle y sus compañeros fueron corriendo tras la bola.

Antón se excusaba una y otra vez por teléfono con su novia, sus mentiras cada vez eran más absurdas, sólo le quedaba una cosa ponerse a la defensiva. Pero no funcionaba, al otro lado a su ex novia le había pillado, además le recordó que le iba a pagar todo el dinero que le debía o esa misma tarde le denunciaba ante la policía. Antón no se lo podía creer y un sentimiento de odio le inundó por completo. Empezó a gritar como un energúmeno y sus chillidos se oían en todo el parque. Aunque gritaba en vano pues ella le había colgado ya.

Michelle bajaba a toda prisa por la calle del parque, la pelota rodaba sin parar y sus compañeros la seguían y a él claro. Michelle solo tenía ojos para la pelota, pero esta de repente fue mandada con fuerza hacia otro lado, un chico que chillaba con un móvil en la mano le había dado una patada y la mandó en medio de un estanque que había en el parque. Michelle desvió la mirada hacia la pelota y no se percató del chico este, que no era otro que Antón. Michelle se chocó como un tren de mercancías contra Antón, le hizo caer y su móvil salió disparado, tal fue la fuerza que el móvil se partió en dos en cuanto toco el suelo.

Al levantarse Antón no se podía creer lo que le había pasado, su primera reacción fue gritar a Michelle y patearle en el suelo. Michelle que no entendía nada recibía golpes sin parar. Los compañeros que venían detrás rodearon a Antón. Los monitores intentaron advertirle pero estaban demasiado lejos y era demasiado tarde.

Cuando llegó la ambulancia Antón estaba sin vida, le habían reventado a golpes. Michelle volvía a su escuela especial con una sonrisa en su boca y la pelota entre sus brazos. Ya no se acordaba de nada.

fin.ivi.

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