Monday 8 March 2010

YAYOS (1ª PARTE)

Parpadeé muy rápido, palpaba las paredes, todo estaba oscuro y en silencio, unos gritos sonaron a lo lejos. El miedo creció en mi interior, el corazón me palpitó con fuerza, apreté los puños y deseé no haber abierto los ojos esa mañana nunca.

5 horas antes estaba en el videoclub en el que trabajaba, los clientes pasaban uno detrás de otro alquilando películas que jamás hubiera visto, tan solo una de mis clientas favoritas me alegro la tarde regalándome una sonrisa. Llamó mi madre, me recordó que teníamos que ir a ver a la abuela a la resi, no me gustaba ir allí, olía raro y los ancianos me miraban mal. Supongo que la cresta verde tenía algo que ver. Juré que iba a ir, advertí a mi madre que llegaría tarde, mi turno acababa a las diez, a mi madre le daba igual, era incombustible con tal de que viera a mi abuela esperarían allí más de 3 horas.

Cerré el videoclub, coloqué los posters de mis pelis preferidas en la puerta y fui corriendo al bus, me había retrasado por culpa del cliente 520, siempre viene a por porno a última hora, que desquicie.

El bus iba vacío, miraba a través de la ventanilla hacia ningún lado mientras escuchaba RIP KC, tenía aquella sensación de pereza, esa sensación cuando vas a un sitio que no te apetece nada ir. A lo lejos pude divisar la residencia. Un edificio antiguo con tres plantas, dos alas y una parte central que tenía un cristalera negra en el medio. Una verja metálica delimitaba el arcén de la residencia. Bajé del autobús y llegué hasta la entrada, extrañamente no había nadie vigilándola, entré.

Unas escaleras de piedra daban la bienvenida a la entrada principal, la abrí. El pasillo de la entrada estaba a oscuras, al fondo distinguí una silla de ruedas tirada en el suelo, una de las ruedas todavía se movía. Seguí avanzando muy despacio, por primera vez sentí miedo. Mis pasos cortos y tímidos me hicieron llegar hasta el ala donde estaban las habitaciones. Era un pasillo largo con habitaciones a los lados, la luz de la luna entraba por los ventanales y me dejaba ver algo. Intenté abrir la 1ª fuera pero estaba cerrada y cuando fui a abrir la segunda un grito recorrió toda la instancia. La puerta se abrió y caí dentro de una habitación a oscuras.

Y aquí estoy muerto de miedo sin saber que ocurre en este edificio de mierda, los gritos están cada vez más cerca y no tengo un triste mechero para ver ni siquiera donde me encuentro.

Sigo palpando el frío, mis palmas se deslizan hasta que toco algo caliente es un líquido, sigo sin ver nada, esto no me gusta nada, mis manos están pringosas, llego a lo que parecen ser unas cortinas, me levanto y las corro.

La luz de la luna se cuela en la habitación y lo que veo a continuación es la representación del nfierno en vida. Mi padre yace en el suelo, la sangre le envuelve en un mortal regalo de pesadillas, tiene mordiscos por todo el cuerpo, sus ojos vacíos me miran. Algo me dice que salga de allí, otra puerta que está detrás de mí se abre, es mi abuela. tiene los ojos en blanco, sus dedos extendidos me apuntan y su cuerpo con espasmos de dirige hacia mí. La arrugada boca teñida de rojo se abre y emite un grito que me revientan los oídos. Sus cansados pies resbalan con la sangre y cae al suelo al lado de mi padre. Sin pensarlo salgo corriendo de la habitación y esprinto llorando por el pasillo.

Todavía no he asumido el horror que acabo de vivir cuando me encuentro de frente dos ancianos, me miran con ansia, con locura implícita en sus pupilas. Derrapo sobre el frío mármol y miro hacia atrás. Demasiado tarde, en la otra dirección hay más. Andan hacia mí, estoy desesperado no sé que hacer, una puerta se abre detrás de mí me cogen del pescuezo y tiran de mí, la puerta de cierra......



CONTINUARÁ

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